El Mercado de Santa Fe en palabras

La agonía del viejo cuartel

La imagen es todo un símbolo. La gente ha envuelto en cinta y celofán el cuartel del Paseo de Santa Fe como si tratara de abrazar el edificio para darle calor, para animarlo a aguantar vacío hasta que se llene de contenido, para decirle que no está solo, que hay manos capaces de darle una dignidad como espacio, cosa que durante tantos años, demasiados, escandalosamente demasiados, insoportablemente demasiados años, se le ha negado. Personas de todas las edades se dieron cita en la fachada del viejo caserón de ladrillo visto para reconocerlo como propio de una ciudad que no supo qué hacer con él y que ahora, en ese machadiano ‘hoy es siempre todavía’ quiere hacerlo para darle vida. Lo merece el edificio, lo merece la ciudad, lo merecemos todos.

Manuel Garrido Palacios, 30 de octubre de 2015

 

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Elegía al Mercado de Santa Fe

Hoy, estamos aquí, todos juntos,
ciudadanos libres de la vieja Onuba,
para enarbolar las palabras, los sonidos,
las imágenes y los gestos
como eficaces armas de la verdad hacia la acción,
como altas puertas de góticas catedrales
que buscan ávidamente la luz.

Hoy, estamos aquí arrullando amorosamente tu silencio,
Mercado de Santa Fe,
con la voz encendida del anhelo
queriendo escalar seguros la alta cima de tu nombre
en el deseo exacto de resucitar tu perdido corazón latiente,
mucho más allá del paso tiempo.

No puedo decir quién eres,
ni caminar perdido por calles desconocidas
voceando tu nombre, mostrando fotografías  antiguas,
mapas, planos…Paseo del chocolate, Cabezo del viento,
cabezo de San Pedro, Plaza del Piojito…
tanta misteriosa exactitud contiene tu silencio
que se tornan inútiles los nombres
y se tornan inútiles las formas
y se disipan para siempre todas las preguntas
y carece de sentido cualquier explicación
que a la pura y desnuda verdad responda.

Mi alma se desangraba, Santa Fe,
cuando me he encontrado, contigo,
paseando distraídamente, esta mañana
que no quise conocerte,
por miedo a que no fueras tú.

Quise dejarte , en el aire de la duda, revoloteando,
como un sueño imposible,
bañado tus ojos que brillaban ,en el alto cielo,
con la brisa de la sal y el canto áspero
de las campanas de San Pedro.

Y no quise conocerte
por miedo a que no fueras tú otro sueño imposible.

¡Ay! si pudiera, hoy, huir de tu muerte, huir del llanto sobre el llanto.
¡Ay!Si pudiera , ahora, construirte con mis torpes manos
en la retina azul de tu silencio.

José Baena, 30 de octubre de 2015

 

 

 

periferias

Asociación cultural sin ánimo de lucro con sede en Huelva. Acta Fundacional de fecha 1 de julio de 2015.

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